Dimitir, es lo mejor que podía hacer. Hace falta tener cara dura para presentarse delante de las cámaras con una sonrisa para decir lo contrario de lo que decía antes.
En campaña esta mujer, y su partido, trazó una imaginaria linea roja que no estaban dispuestos a cruzar. Fue una declaración de intenciones, un punto inflexible que pretendía trasmitir tranquilidad a muchos de los votantes o indecisos.
Esta mujer, y el PP, no pensaba cruzar la línea roja de la SANIDAD, EDUCACIÓN Y SERVICIOS SOCIALES.
Ha pasado poco más de un año de legislatura y no es que hayan pasado la línea, es que la han borrado, tapado, o quizá la han vendido para obtener algún beneficio extra.
Ha sido precisamente en SANIDAD, EDUCACIÓN Y SERVICIOS SOCIALES donde más han apretado las mandíbulas, donde el bocado has sido más fuerte.
Si tuviera un poco de dignidad haría lo que se pasaron ocho años pidiendo a los socialistas, dimisión.
Como esta mujer se está cubriendo de gloria, y por no escribir otro post comento aquí otra más de la buena mujer.
Con referencia al cierre de servicios de urgencias en varios pueblos de poco más de 2000 habitantes, afirmó que tenían dicho servicio a 15 minutos en coche.
Ni cortos ni perezosos algunos medios lo han comprobado y ninguno de dichos pueblos están a menos de 30 minutos, llegando alguno de ellos hasta los 42 minutos de distancia por carreteras comarcales.
Quizá hubiera que ponerle en pantalla aquellas solicitudes de dimisión que su partido solicitaba continuamente con tanto convencimiento y alegría, pero claro, no es lo mismo estar en la oposición que en el gobierno.
Ahora pensarán: "que dimita su padre", que yo me lleno el bolsillo.
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