Antes de que las elecciones
italianas tuvieran lugar pudimos ver en TV las andanzas por aquellas tierras de
los diferentes grupos políticos a la pesca de votos. Estaban los de siempre,
los de todos los años; pero había una novedad: Beppe Grillo y su Movimento 5 Stelle.
Lo que pude
escuchar decir a este hombre no difiere mucho de lo que oigo por este mismo
país: “que estamos hasta el tuétano de los políticos y sus mamonadas”, dicho de
forma muy resumida. Y que la única forma de hacer algo es metiéndose en la
misma cloaca en la que ellos trabajan, a pesar de que te ensucies con la mierda
que ellos han ido depositando.
La reacción del
resto de grupos políticos nos se hizo esperar. El comentario, aunque diferente,
tenía el mismo objetivo: acabar con el advenedizo. Poco a poco le iban diciendo
de todo. Payaso; que el populismo no es política, que dejara la política a los
profesionales; que la democracia peligraba; que este hombre era un atentado
contra los derechos, que se dedique a los suyo y deje la política a los
políticos…, y un largo etc.
La pregunta es,
¿por qué les molesta tanto?, o mejor quizá, ¿a qué tienen miedo?
Esta claro. No
quieren intrusos. Ellos saben cómo funciona su mundo, no quieren a nadie de
fuera que pueda trasmitir al exterior la mierda, el lodazal, en el que se están
rebozando; el precio de la corrupción, de no tener principios, de hacer y decir
lo contrario de lo que piensan lo pagan a gusto, a cambio tendrán una gran
compensación económica.
Ahora aparece un
“comico” amenazando poner a disposición del público toda esta inmundicia,
intentar trabajar para que los beneficiados no sean los políticos, sino el
pueblo; vamos, hacer el trabajo que debieran hacer los que llevan tanto años
cobrando del pueblo y haciendo tan poco por él.
No es de
extrañar que, todos a una, hayan arremetido contra la amenaza. Pero este
movimiento conjunto, para esto si se han puesto de acuerdo, quiere decir que
este hombre tiene razón. Los políticos tienen miedo porque se ven amenazados,
se ven amenazados porque tienen cosas que ocultar, y tienen que ocultar cosas
porque dichas cosas están podridas, tan podridas como ellos.
Me gustaría que,
dentro de poco, un Beppe Grillo en España nos dijera, con pelos y señales,
dónde y cuanta podredumbre hay en las instituciones españolas.
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