Cada día crece la indignación. Cada día aparece en los periódicos un nuevo desmán de esta casta política que hace y deshace a su antojo ante la perplejidad, y en muchos casos la inmovilidad de la población. Aunque no podemos echarnos las culpas ya que hay mecanismos que debieran velar por nuestros derechos y por que estos delincuentes acabaran sentados ante un juez, y si por mi fuera quizá en una silla eléctrica, o quemados en una hoguera de vanidades alimentada por todos los millones que han robado al pueblo que dicen servir.
El gato lo tiene claro, así que coge un poco de turrón, para que el trago no sea tan amargo y escucha lo que nos dice.
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