SI NO CONOCEMOS LA HISTORIA ESTAMOS CONDENADOS A REPETIRLA
Leyendo el libro de Ken Follet “La caída de los gigantes” me
topo con un par de párrafos que no tienen desperdicio.
Les ubico. Mineros en Gales, trabajando 13 horas diarias por
una miseria, dentro de mineros estamos hablando de niños de 13 años, a los cuales
ya se les consideraba aptos para trabajar. Tras una explosión de grisú mueren
cinco mineros. A los pocos días, ya que las casas donde vivían no eran de su
propiedad y las viudas, con hijos, no podían pagar el alquiler les llega, por
parte de la compañía propietaria de las minas y de las casas, la
correspondiente orden de desahucio. Vamos allá.
“- ¿Puede
hacer esto la compañía, papá? –preguntó, mientras avanzaban por las terrazas de
un gris sombrío, en dirección a la bocamina.
- Sólo si
lo permitimos, hijo. La clase trabajadora es más numerosa que la dirigente, y más
fuerte. Dependen de nosotros para todo. Les proporcionamos la comida,
construimos sus casas, les hacemos la ropa, y sin nosotros se mueren. No pueden
hacer nada a menos que se lo permitamos. Nunca lo olvides.
Entraron en
el despacho del capataz y se guardaron la gorra en el bolsillo. “
Esta novela
es ficción, pero basada en hechos reales, históricos, y parece ser que no ha
cambiado mucho desde 1914, fecha en la que el autor ubica los acontecimientos,
hasta nuestros días.
Los
trabajadores seguimos siendo los mismos, los poderosos siguen siendo ellos,
pero sí es verdad que dependen de los trabajadores. Quizá es el momento de
tomar conciencia y prepararnos para lo que pueda venir, o por lo menos para
defender nuestros derechos, si no nos los han quitado todos para ese momento.
Por eso lo del título. Aprendamos historia, de lo contrario estaremos abocados a repetirla, y nosotros nos llevaremos la peor parte, eso seguro.
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