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LA PEOR DE LAS DICTADURAS ES LA QUE SE DISFRAZA DE DEMOCRACIA
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lunes, 21 de noviembre de 2011

35 MILLONES DE SUICIDIOS

Cada cuatro años, únicamente cada cuatro años, los españoles tenemos la oportunidad de mirar a los políticos a la cara, de tú a tú, y hacerles temblar. Están en sus cuarteles generales pendientes de los primeros sondeos para saber qué han hecho los votantes, qué han hecho los que de verdad debieran ostentar el poder.

Pero pasadas las 11 horas de votaciones, once horas que se les hacen interminables, llenas de indecisión, llegan los primeros resultados. Unos sonríen, otro quizá den un golpe en la mesa. Pero en último término siente que todos han ganado. Han ganado porque allí siguen los mismos, en el congreso, en el senado. Ellos vuelven a ostentar el poder.

En el siguiente día de las elecciones, los protagonistas, los electores vuelven a ser para ellos auténtica basura. Hemos cumplido nuestro único cometido, como la mantis religiosa macho, una vez ha terminado su tarea puede ser devorada por la hembra. A nosotros nos sucede lo mismo, pasamos a ser alimento de la casta.

Les hemos transferido el poder, nos dicen que tiene que ser así, y a partir de ahí pueden empezar a legislar, impunemente, en contra de aquellos que los subieron a tan altas cotas de poder.

El día 20 tuvimos nuestra oportunidad de escupirles a la cara nuestras opiniones, recordarles cuando nos bajaban los sueldos, y ellos se los subían; cuando legislaban para que alguien con dificultades económicas se quedara sin casa y siguiera pagando la hipoteca; cuando se corrompían cambiando prebendas por dinero; cuando los EREs llevaban a la quiebra a una comunidad; cuando nos decían que hasta los 67 tendríamos que trabajar, mientras ellos con 7 u 8 lo tienen solucionado; cuando nos detienen junto al arcén porque viene el coche oficial del politiquillo de turno con la caravana de guardaespaldas y chupaculos…

Tuvimos nuestra oportunidad, pero alrededor de 17 millones (PP+PSOE) creen que aún no les han despreciado bastante; alrededor de 5 millones más (IU, UPyD, CIU…) se han creído que el pueblo tiene el poder y debe decidir.

Solo ha sido medio millón, más los votos anulados conscientemente, los que les han escupido a la cara, diciéndoles que lo que nos proponen es una mierda, y que no nos dejamos engañar. El resto ha desaprovechado la ocasión, a preferido suicidarse políticamente, el único día que le dan un arma y decide utilizarla contra si mismo. ¡Qué pena!, nos dan la herramienta y nos empeñamos en destrozarnos la cabeza a golpes, así pueden estar tranquilos, pueden sonreír, pueden despreciarnos, porque en el fondo somos tan irresponsables que no nos ganamos su respeto. En vez de destruirles nos inmolamos, una vez más, para sucumbir bajo un poder corrupto.

1 comentario:

Laindal dijo...

Lo malo de esta democracia es que decide la mayoría, y para nuestra desgracia, la mayoría es maleable y poco crítica. A esta gente le es muy fácil manejar a individuos que sólo les importa saber cuándo empieza la próxima jornada de liga, o que se creen sus mentiras y, como zombies (de esos que ahora están tan de moda) aplauden a alguien que se está riendo a su cara.
Aún hay hueco para la esperanza. Los jóvenes que estamos hartos del PPSOE (y me cuento entre ellos) somos mayoría. Algún día nosotros tendremos hijos y les educaremos con nuestras opiniones. Y cuando llegue el cambio generacional, es muy probable que PPSOE empiece a ver sus votos seriamente amenazados.
Acabamos de sembrar la semilla y el árbol no aparece a la siguiente mañana. Dentro de unos cuantos años, según los jóvenes que ahora ocupan la secundaria, hartos del PPSOE, lleguen a la mayoría de edad, el número de votos a favor de las alternativas aumentará.
Y puede echarse a temblar la panda de políticos que tenemos, porque la juventud será la que haga la nueva España, lo haremos como queramos y educaremos a la siguiente generación de este modo.